"HACER AMIGOS, REENCONTRAR AMIGOS

 

 

Mi hijo pequeño tiene ahora catorce años, y dicen que es clavadito a mí.

 

Catorce años, esa es más o menos la edad que yo tenía cuando me incorporé al Colegio de Los Olivos, un poco tardía, pues provenía de otro colegio donde me dijeron que no harían bachillerato de letras, y eso forzó mi traslado y el encontrarme, a esas alturas de la vida, con tener que rehacer todos los compañeros.

Mi hijo es, en público, particularmente tímido, y tiene los mismos miedos, las mismas inseguridades y los mismos complejos que yo tenía en aquel entonces. Clavadito a mí.

Esta mezcla de ingredientes hizo que en mi paso por Los Olivos no fuera lo que se llama un tipo popular. Y claro, cuando concluyó mi etapa colegial pasé página y, para mí personalmente, casi todas las relaciones en aquel Colegio casi que se perdieron.

 

Esta comida anual (para la que me repescó Carlos y nunca se lo agradeceré lo suficiente) sirve para muchos de vosotros para reencontraros y contaros las cosas del último año. Para mí, sin embargo, ha servido y sirve para mucho más: para hacer amistad con gente con la que quizás no la llegué a hacer en su momento, para conocer gente extraordinaria que ya casi había olvidado.

 

 

Hace unos días le comentaba a una amiga lo de esta reunión de antiguos alumnos del colegio. Ella me dijo: “Yo no voy a las reuniones de antiguos alumnos del mío, porque allí casi todas van a presumir, de modelito, de lo monas que están o de lo mucho que gana su marido”. Y yo le dije: “Pues chica, eso con mis compañeros no pasa, allí vamos a hartarnos de reir, a recordar y a pasarlo bien, sin más”

 

Y efectivamente es así, no hay más que verlo cómo queda plasmado en el video que ha insertado el Guti: tíos nobles, cincuentones, sí, pero con las mismas ganas de cachondeo sano que cuanto teníamos quince años, amigos de verdad y compañeros hasta donde haga falta.

 

 

Quizás el resto del año, aparte de este primer viernes de junio, no os vea mucho, pero sé que estáis ahí, que puedo contar con vosotros, y vosotros conmigo, por supuesto. Ahora sé lo que no supe en aquel momento: que siempre habéis sido amigos míos. Que, por encima de haber estado entonces más o menos insertado en el grupo, o por encima de los status o los logros personales y profesionales actuales de cada uno, nos sentimos unidos por un claro estigma: el de haber sido compañeros de colegio en la juventud, el de haber labrado nuestros principios juntos, el de tener ese pasado común que ahora recordamos.

 

 

Y ahora puedo por fin tener el gusto y el honor de deciros a todos: ¡AMIGOS! Que para lo que queráis, para lo que necesitéis, aquí me tenéis !!

 

 

Francisco Vallejo Pulpillo ( www.pacovallejofoto.com )"